Conociendo a sus amiguitos saltamontes

Hoy fue un día muy diferente, la familia estuvo en el jardín haciendo labores de limpieza y de embellecimiento del lugar.

Mientras yo podaba la maleza que se había acumulado por las lluvias tan abundantes, nuestro pequeño decidió salir a jugar al jardín con su juguete preferido – sí, aquel juguete del que les hablé en una publicación anterior-, además su mamá estaba pendiente de él y lo acompañaba con la miraba a todos lados.

En un instante, el pequeño se quedó observando unos diminutos insectos que se movían entre el pasto y la hierba. Le causaba mucha curiosidad, y más se sorprendió cuando se dio cuenta que saltaban si él acercaba demasiado.

Eso le causó mucha sorpresa y después de la primera impresión, le causó mucha gracia. Su mamá le explicó que eran unos lindos saltamontes o chapulines. Finalmente había conocido a los pequeños saltamontes del jardín, los cuales eran ágiles, rápidos y bonitos. Nuestro pequeño, definitivamente es un pequeño saltamontes.

 

Embelleciendo el jardín

¡ Corre, corre!

Casi repentinamente, de una forma sorprendente, después de unos pocos días en los que estuvo dando sus primeros pasos, después de pocos días de haberse apoyado en sus padres para poder caminar con mayor facilidad…

Pues como se dice comúnmente, de la noche a la mañana, ya lo puedo ver caminar rápidamente por la casa, esquivando los obstáculos que hay a su paso.

No se diga, cuando lo llamo para sujetar correctamente su zapato -pues siempre me preocupa que se pueda caer-  prefiere retirarse con una sonrisa maravillosa y una carcajada bastante sonora.  Pero se va rápidamente corriendo para que no lo atrape.

Corre, corre con sus pasos de niño, corre, corre, y su paseo por la vida apenas ha empezado.