Teniendo un bebé pequeño, es un hecho que en algún momento, tendrá que acudir a la guardería.
Ya sea que trabajes o no, que el bebé acuda a la guardería es tan enriquecedor para él. Algo que no había escuchado, es todo ese proceso de preparación para que el bebé pueda ir a la guardería con todo lo que requiere; decidimos llamarle «el ritual».
Y es que en realidad es un ritual, los biberones, la leche, la ropa, los pañales, el aceite o la pomada para la rozaduras, los baberos, la cobijita….uff, muchas cosas en qué pensar sobre todo para cuando eres un padre primerizo.
Hoy, finalmente con todo listo, decidimos llevar a nuestro retoño, por primera vez a la guardería. Sentíamos un dolor muy grande de dejarlo. no sabíamos cómo iba a reaccionar. Pero sobre todo, no sabíamos cómo ibamos a reaccionar nosotros mismos.
La incertidumbre terminó en el instante que lo entregamos en los brazos de su maestra, su sonrisa y el deseo de conocer más de su alrededor que podíamos ver en sus ojos, nos tranquilizó.
Finalmente nos dimos cuenta que los más nerviosos éramos nosotros mismos, es tan extraña esa sensación de vacío cuando no lo tienes contigo, después que por tantos meses lo has tenido día y noche junto a ti.
Sn embargo, algo que nos funcionó para aceptar que la guardería es un excelente lugar para aprender, es recordar que…
¡ incluso en la naturaleza, existen ciertas especies que tienen guardería mientras los padres salen a buscar el alimento¡
Por lo tanto, lo que estábamos haciendo era lo correcto.