El segundo hijo no llega con timidez, llega con fuerza a meterse donde puede y formar parte de un equipo de tres que no sabía cuánto lo necesitaba.
A formar ahora un bello equipo de cuatro.
Desde antes de abrir los ojos, ya tiene a alguien arañando el metro de altura, inspeccionando al “intruso” que roba miradas, atención, y ese tiempo que antes era todo suyo.
Y mientras trata de entender qué está pasando, pum, le mete el dedo en la nariz, le jala el cabello, lo besa con baba, juega poco brusco y lo muerde cuando nadie lo ve.
El segundo hijo no conoce la exclusividad, ni las siestas en silencio, ni el “ahora no, estoy ocupado”. Llega con una cuna heredada y horarios desordenados.
Ve la luz antes del mes y aprende a defenderse antes de tiempo. Viene un poco más salvaje, más libre, más vivo.
Y nos enseña el arte de compartirlo todo… incluso a mamá y papá.
Convive con un compañero de vida que a veces es su héroe, otras veces su rival, pero siempre es su gran e incondicional hermano.
Con el segundo hijo tiré el manual, apagué el monitor. Finalmente, entendí que la perfección es un invento agotador. Aprendí a reírme más, a soltar el control, a ser flexible, a vivir más tranquilo.
Pero lo más grande que descubrí es que el corazón no se divide, se agranda.
Se hace el doble de fuerte, el doble de tierno, el doble de inmenso en un “segundo”.»
Te amo hijo….
Día del padre
Queridos hijos:
Es un día especial para mí. En ocasiones no puedo expresar la felicidad que me causa el tenerlos a mi lado, es una emoción inconmensurable. Su presencia me da felicidad, ánimo, deseo de abrir los ojos y ver sus lindos ojitos.
Son mi Orgullo.
Encontré esta canción tan linda que expresa lo que significó desde un inicio saber que sería su padre.
«Ahora todo huele y sabe mejor»
Confesiones de un padre
Querido hijo, ya van varios días que no te veo, sé que estás acompañando a tu mamá en estos momentos, pero te extraño mucho. No te puedes imaginar la falta que me hacer ver tus ojitos, escuchar tu risa y que me tomes de la mano para jugar.
Me he conformado con escuchar tu vocecita por el teléfono, que me cuentes que viste muchos tractores, pero eso no es suficiente. Ya tengo ganas de abrazarte. Te quiero mucho hijito.
Confesiones de un padre
Querido hijo, estás dormido y aprovecho para mirarte mientras duermes en este mediodía, mentiría si te dijera que no me siento cansado, pero todo ese cansancio desaparece mágicamente mientras te veo y escucho tu respiración. Te veo tranquilo, hermoso y lleno de vida.
Eres mi inspiración, eres parte de mi corazón. Te quiero mucho.
Confesiones de un padre
El día de hoy fue la primera vez que vi en su mirada, el temor, es más, un sentimiento que no pude interpretar.
A pesar de que es pequeño, es inteligente y fue necesario hablar seriamente con él porque su comportamiento dejó mucho que desear. Por primera vez, sentí como el corazón se me hacía pequeñito al verlo llorar.
¿ Quién dice que los padres no sufrimos también al verlos llorar?
Confesiones de un padre
Querido hijo:
Hoy sufrí mucho al verte llorar, estás enfermito, mi corazón se deshace de tristeza por mirar tus lágrimas y escuchar tu llanto de dolor. Era necesario hacerlo para que el día de mañana estés sano, pero me desgarró el corazón tu dolor. Te quiero mucho mi pequeño.
Confesiones de un padre
Querido hijo, hoy seré muy breve: ¡ Te quiero mucho !
Confesiones de un padre
Querido hijo, sé que estás en casa de tus abuelitos, sé que estás bien cuidado, pero quiero decirte que te extraño mucho. Me haces falta. Ya te quiero de regreso.