¡ Disfrútalo !

Caminando por el centro comercial, de pronto mi bebé comenzó a saludar a varias personas que a lo lejos habían descendido de su vehículo, yo lo consideré normal, pues es un niño amistoso.

Al cabo de varios minutos, ese grupo de personas se acercó y finalmente pude distinguir que era un entrañable amigo acompañado de su familia.

Con un gusto y aprecio notable nos saludamos para después presentarles al nuevo integrante de nuestra familia. Él con algo de nostalgia, al verlo, miro a su par de hijos casi adolescentes y me dijo con un sentimiento de nostalgia: 

¡ disfrútalo, porque el tiempo pasa muy rápido !

Nos despedimos y mientras llegabamos a casa, me pude a reflexionar al respecto; era muy cierto, ya no era aquel bebé, a quien hacia unos cuantos meses podía colocar en mi antebrazo para que durmiera en aquellas noches en que los cólicos lo invadían.

Ya no era el bebé, que sólo deseaba dormir y comer. Ya no era el bebé, que sólo podía conocer del mundo lo que sus padres le mostraban.

Ya era un niño más grande, que por sus propios medios podía ir al lugar que deseara conocer,  un niño mayor que con su mirada me dice que ya puede hacer las cosas por sí mismo….

Más tarde navegando encontré lo siguiente:

Disfrútame papi, disfruta mi niñez. Crezco rápido, más rápido de lo que crees. Tú no te das cuenta. No siempre me levantaré por las noches llorando porque quiero estar a tu lado, o simplemente para que tú o mamá me den un abrazo, un abrazo de esos que se llevan mis miedos.

A veces, cuando paseamos juntos, mis pies pequeñitos se cansan de andar y pido que me cargues, se que tú también estás cansado… pero disfruta de tenerme así, pronto creceré y ya no necesitaré tus brazos. Otras veces me quedaré dormido en el trayecto del auto y me apoyaré en tu hombro dormido mientras me llevas a casa. Es uno de los momentos en que me siento muy conectado contigo, durmiendo en tus brazos. Pronto creceré papá, y ya no tendrás que ver ni limpiar mi cara sucia de helado o chocolate, esa que te hace tanta tanta gracia.

Algunas veces lloro y me enfado porque no me dan lo que quiero, tenme paciencia, estoy aprendiendo a tener mi propio carácter, guíame, acompáñame, pero no me grites ni me pegues por ello. Recuerda que a veces, tus besos mágicos lo arreglan todo. No me quedaré pequeño siempre papá, pero te aseguro, que cuando crezca, sólo seré el reflejo de lo que tú hagas de mí, no te olvides que eres mi mayor ejemplo.

Y efectivamente el tiempo pasa muy rápido, pero el amor que siento por él,  conforme pasa el tiempo, sólo va creciendo….

¡ Vámonos de compras !

Hoy pasé a recogerlo a la guardería. Me recibió contento y con los brazos abiertos como siempre; esa es su personalidad.

A diferencia de la mayoría de las ocasiones, hoy no tomamos el camino a casa, hoy íbamos a vivir una aventura diferente, nos íbamos de compras. Y sería diferente porque seríamos él y yo.

Llegamos a la tienda y él estaba contento, lo digo porque lo veía en su carita sonriente y en sus grandes ojos expresivos. Si lo conocieras, te darías cuenta que aunque aún no habla, con sus ojos transmite mucho de lo que piensa. Y así fue, porque con la mirada tan sugerente me mostró que deseaba sentarse en el carrito del supermercado.

Lo senté y fue feliz, sonreía, balbuceaba de gusto, saludaba a todo aquel que se cruzaba por nuestro camino. Podía sentir su alegría. Anduvimos alrededor de media hora seleccionando los productos que deseaba comprar, mientras yo buscaba, le explicaba qué necesitabamos, el por qué y le preguntaba qué opinaba acerca de algún producto,  esperando que me ayudara a decidir cúal era la mejor opción.

Después de media hora, noté que sus ojitos comenzaban a mostrarme que estaba cansado y deseaba llegar a casa. nos dirigimos a la caja a pagar, y tomamos el camino a casa. Fue un día de padre e hijo. ¡ Me encantó y lo disfruté!

¡ Definitivamente, deseamos más tardes de chicos !

¡ Corazones unidos !

Hoy por la tarde, parecía que después de recogerlo de la guardería y de una breve caminata alrededor de la avenida, el cansancio lo abrumaría.

Y es que en realidad, su mirada comenzaba a perderse, la cabeza comenzó a moverse hacia un lado, floja, sin mucha fuerza. Afortunadamente, no fue por alguna enfermedad, sino que el sueño comenzaba a invadirlo.

Se le cierran los ojos, comienza a tallarlos sin mucha delicadeza y se abraza fuertemente a mi hombro. Está a punto de terminar dormido.

¡ Está dormido. Su corazoncito descansa junto al mío. !

¡ Sus primeros pasos !

Hoy fue un excelente día. Disfrutamos ver que diera sus primeros pasos. Nos llenamos de alegría al ver en su carita la sonrisa de emoción que sintió al poder pasar de las manos de su madre hacia su cuna.

¡ Nos sentimos muy contentos !

Siempre hay una primera vez

Hoy de camino al trabajo, recibí una llamada telefónica. Al ver el contacto que estaba llamando al mi teléfono, decidí rápidamente responder.

Escuché lentamente y con atención lo que me comentaron, no atiné a decir alguna palabra, más que al final.  Lo único que dije fue que en unos minutos me trasladaría a donde me requerían.

Regresé a casa, tomé lo necesario y me fui al lugar de dónde me habían llamado.

Seguramente ustedes ya lo habían pensado.

Me habían llamado de la guardería para decirme que dentro de la pañalera, no estaba la leche del bebé. ¡ increíblemente, se me olvidó poner el alimento del bebé ! ¡ Pobre criatura -pensé- !

Sí, acomodé todas las cosas -bueno casi todas- en la pañalera,  pero olvidé poner la leche en la bolsa. Apenado llegué a la guardería y con una sonrisa nerviosa entregué el recipiente con la leche.

Definitivamente, espero que no sea el único padre al que se le haya olvidado algo tan primordial para el bebé.

¡ Definitivamente, siempre, y más tratándose de los hijos, hay una primera vez. !

¡Toda una odisea!

Finalmente, después de varias semanas de búsqueda, decidimos adquirir una cuna. Ya teníamos una pequeña, pero como ha crecido, ya no es suficiente y requiere una más robusta.

Llegó parcialmente desarmada, no nos disgusta para nada armar diferentes muebles, pero es muy cierto que el armar la cuna fue desesperante.

imaginen un día caluroso, húmedo y con una cuna, en la que los tornillos no pueden ser colocados fácilmente entre las piezas que deben ser unidas por ellos.

Después de varias horas de intentos, de mover la pesada base, la cabecera y los barandales, finalmente quedó lista para estrenar.

Sí, ya sé que no representa ninguna hazaña, pero para nosotros ese día fue algo extenuente, sin embargo, lo logramos.

Ahora nuestro bebé. podrá dormir plácidamente en su cuna. Bueno, falta el colchón, pero esperemos que esa no sea otra aventura por contar. Finalmente, para nosotros, tener lista su cuna fue…

¡ Toda una odisea !

La primera «despedida»

Teniendo un bebé pequeño, es un hecho que en algún momento, tendrá que acudir a la guardería.

Ya sea que trabajes o no, que el bebé acuda a la guardería es tan enriquecedor para él. Algo que no había escuchado, es todo ese proceso de preparación para que el bebé pueda ir a la guardería con todo lo que requiere; decidimos llamarle «el ritual».

Y es que en realidad es un ritual, los biberones, la leche, la ropa, los pañales, el aceite o la pomada para la rozaduras, los baberos, la cobijita….uff, muchas cosas en qué pensar sobre todo para cuando eres un padre primerizo.

Hoy, finalmente con todo listo, decidimos llevar a nuestro retoño, por primera vez a la guardería.  Sentíamos un dolor muy grande de dejarlo. no sabíamos cómo iba a reaccionar. Pero sobre todo, no sabíamos cómo ibamos a reaccionar nosotros mismos.

La incertidumbre terminó en el instante que lo entregamos en los brazos de su maestra, su sonrisa y el deseo de conocer más de su alrededor que podíamos ver en sus ojos, nos tranquilizó.

Finalmente nos dimos cuenta que los más nerviosos éramos nosotros mismos, es tan extraña esa sensación de vacío cuando no lo tienes contigo, después que por tantos meses lo has tenido día y noche junto a ti.

Sn embargo, algo que nos funcionó para aceptar que la guardería es un excelente lugar para aprender, es recordar que…

¡ incluso en la naturaleza, existen ciertas especies que tienen guardería mientras los padres salen a buscar el alimento¡

Por lo tanto, lo que estábamos haciendo era lo correcto.

Primera vez con la pañalera

Hoy por la mañana, tranquilamente estuve preparando la pañalera. Es la primera vez que debo preparar todo para que el bebé vaya a la guardería.

Cuando comencé a prepararla, pensé que en pocos minutos estaría listo. Sin embargo, no fue así. Seis pañales, dos pantalones, una playera, cuatro biberones, las toallitas húmedas, la crema para las rozaduras, el aceite para limpiarlo e hidratarlo durante el cambio de pañal,  la cobijita para el frío, un suéter, dos gorritos, los guantes. Uff, hasta de estar escribiendo todo lo que lleva, ya me cansé, imagínense cuando estuve tratando de poner todo en un solo lugar por primera vez.

Probablemente para las mujeres, no debe de haber ningún problema, pero siendo hombre, seguramente fue un poco más díficil concentrarme en acomodar todas las cosas que son útiles para un bebé.

¡Ah! , estaba olvidando el líquido limpiador de chupones, todo para estar prevenido en caso de que por descuido, el biberón cayera al suelo. Ese líquido era el maravilloso líquido limpiador que podría evitar que el bebé llorara por no tener su preciado alimento. ¡ Claro que no se me podía olvidar incluirlo !

La pañalera estaba lista para entregarla más tarde cuando el bebé llegara a la guardería. Nervioso estaba yo por que sería su primer día, pero más nervioso me sentía yo porque esperaba haber preparado esa maleta (color azul rey con la orilla color anaranjado) con todo lo necesario para atender correctamente a un pequeño saltamontes.

¡ Me sentí nervioso, pero lo más importantes es que me sentí infinitamente  un padre orgulloso !