Bitácora de vuelo
Día 416
Este día el niño metió la cabeza entre los barrotes de la reja. No hubo problema más allá del susto. Cambio y fuera
Aventuras de un pequeño gran saltamontes
Un blog amoroso para ahora, nuestros dos hijos
Este día el niño metió la cabeza entre los barrotes de la reja. No hubo problema más allá del susto. Cambio y fuera
El ritmo lo lleva por dentro, hoy bailó al ritmo de «Los Fabulosos Cadillacs», casi como si estuviera en el concierto en vivo. Cambio y fuera
Afortunadamente el niño se ha caído sólo una vez. Cambio y fuera
Como de costumbre, después de varios minutos en su andador – sí, aunque ya camina y corre, aún lo usa, porque de esa manera me permite realizar varias actividades sin que esté en peligro – decidí que era momento para que caminara y quizás corriera a toda velocidad por la casa.
Estuvo jugando, caminando, corriendo, mostrándome sus juguetes… sentí que no habría novedad alguna en esta tarde. Así que me dispuse a preparar la pañalera para el día siguiente. Afortunadamente, ya no se me ha olvidado la leche, como me sucedió anteriormente y que compartí con todos ustedes.
Mientras estaba preparando la pañalera con todas las cosas, lo perdí de vista. Pero de pronto no escuché nada, y como es cierto que si el niño no hace ruido, eso indica que está haciendo algo que puede ser poco adecuado, por no decir que está haciendo una travesura.
Giré la cabeza hasta donde se encontraba y lo vi subirse al andador con una agilidad de la que yo no había sido testigo. Con unos movimientos certeros, subió el primer pie, se sujetó fuertemente de la orilla, y con ayuda de sus brazo, subió el segundo pie. ¡ Ya estaba arriba en menos de lo que canta un gallo !
Pero eso no era todo, aún no se colocaba correctamente dentro de él, así que se giró con mucho cuidado, y ubicó el lugar dentro del andador donde debía ir sentado. Así que bajó primero un pie y después el otro, finalmente se sentó.
En ningún momento me vio que lo estaba observando, y con la misma agilidad, ayudado de sus fuertes brazos, se levantó, y se bajó del andador.
Me quedé con la boca abierta, es más, confieso que hasta un video grabé para tenerlo como evidencia para los próximos años. Y muchos más sorprendido me quedé, cuando me di cuenta que subía y bajaba del andador con una naturalidad, y por supuesto, cada vez con mayor facilidad y agilidad.
No lo esperaba, pero el día de hoy, mi niño fue todo un atleta temerario.
Casi repentinamente, de una forma sorprendente, después de unos pocos días en los que estuvo dando sus primeros pasos, después de pocos días de haberse apoyado en sus padres para poder caminar con mayor facilidad…
Pues como se dice comúnmente, de la noche a la mañana, ya lo puedo ver caminar rápidamente por la casa, esquivando los obstáculos que hay a su paso.
No se diga, cuando lo llamo para sujetar correctamente su zapato -pues siempre me preocupa que se pueda caer- prefiere retirarse con una sonrisa maravillosa y una carcajada bastante sonora. Pero se va rápidamente corriendo para que no lo atrape.
Corre, corre con sus pasos de niño, corre, corre, y su paseo por la vida apenas ha empezado.
A diferencia de otros niños que acuden a la misma guardería, siempre he notado que la mayoría de las personas que laboran en el área donde cuidan a los pequeños, saludan a mi bebé. Sí, ya ha crecido y puede responder con algún sonido o seña cuando se refieren a él.
Siempre al llegar, todo el personal, con mucho cariño lo saludan amablemente, y él responde con una sincera sonrisa. Sé que es un pequeño amable y por el cómo se comporta en casa, sé que es muy cariñoso.
Hoy lo corroboré, pues al recogerlo, la persona que lo cuida diariamente comentó que es un pequeño con un espirítu encantador y fácil de querer, entre otras cosas.
¡ Me sentí el padre más orgulloso sobre la faz de la Tierra !
Hoy fuimos al zoológico. Tan divertido estaba que olvidó su siesta y casi se le olvida hasta comer. Escuchar los sonidos emitidos por los animales, tratar de reproducirlos, e incluso intentar acariciarlos, fue una actividad que se repitió en todo el recorrido.
No sólo vio por primera vez tantos animales en un sólo lugar, sino que por primera vez probó la paleta de hielo sabor limón. Al inicio tenía temor al probarla, pero al final, decidió que le agradaba el sabor y prácticamente se acabó mi paleta.
Ha sido una experiencia grandiosa, conocer tantos animales hasta ahora desconocidos y probar nuevos sabores.
¡ Regresaremos pronto !
Hoy escuché unos ruiditos casi imperceptibles, eran casi inexistentes, esperé unos instantes y continuaba escuchándolos mientras yo caminaba lentamente. Me detuve repentinamente, y decidí voltear hacia atrás.
Esos ruiditos que habían escuchado, eran sus pasitos, ligeros, lentos pero tan lindos de ver.
¡ Finalmente, estaba caminando solito ! ¡ El mundo tenía un nuevo habitante que deseaba conocerlo y era seguro que caminando por sí sólo, nuevas aventuras lo esperan. !
¡ Fue emotivo, emocionante y me llenó de alegría verlo que caminaba detrás mío, tratando de darme alcance!
¡Él seguía mis pasos !
Caminando por el centro comercial, de pronto mi bebé comenzó a saludar a varias personas que a lo lejos habían descendido de su vehículo, yo lo consideré normal, pues es un niño amistoso.
Al cabo de varios minutos, ese grupo de personas se acercó y finalmente pude distinguir que era un entrañable amigo acompañado de su familia.
Con un gusto y aprecio notable nos saludamos para después presentarles al nuevo integrante de nuestra familia. Él con algo de nostalgia, al verlo, miro a su par de hijos casi adolescentes y me dijo con un sentimiento de nostalgia:
¡ disfrútalo, porque el tiempo pasa muy rápido !
Nos despedimos y mientras llegabamos a casa, me pude a reflexionar al respecto; era muy cierto, ya no era aquel bebé, a quien hacia unos cuantos meses podía colocar en mi antebrazo para que durmiera en aquellas noches en que los cólicos lo invadían.
Ya no era el bebé, que sólo deseaba dormir y comer. Ya no era el bebé, que sólo podía conocer del mundo lo que sus padres le mostraban.
Ya era un niño más grande, que por sus propios medios podía ir al lugar que deseara conocer, un niño mayor que con su mirada me dice que ya puede hacer las cosas por sí mismo….
Más tarde navegando encontré lo siguiente:
Disfrútame papi, disfruta mi niñez. Crezco rápido, más rápido de lo que crees. Tú no te das cuenta. No siempre me levantaré por las noches llorando porque quiero estar a tu lado, o simplemente para que tú o mamá me den un abrazo, un abrazo de esos que se llevan mis miedos.
A veces, cuando paseamos juntos, mis pies pequeñitos se cansan de andar y pido que me cargues, se que tú también estás cansado… pero disfruta de tenerme así, pronto creceré y ya no necesitaré tus brazos. Otras veces me quedaré dormido en el trayecto del auto y me apoyaré en tu hombro dormido mientras me llevas a casa. Es uno de los momentos en que me siento muy conectado contigo, durmiendo en tus brazos. Pronto creceré papá, y ya no tendrás que ver ni limpiar mi cara sucia de helado o chocolate, esa que te hace tanta tanta gracia.
Algunas veces lloro y me enfado porque no me dan lo que quiero, tenme paciencia, estoy aprendiendo a tener mi propio carácter, guíame, acompáñame, pero no me grites ni me pegues por ello. Recuerda que a veces, tus besos mágicos lo arreglan todo. No me quedaré pequeño siempre papá, pero te aseguro, que cuando crezca, sólo seré el reflejo de lo que tú hagas de mí, no te olvides que eres mi mayor ejemplo.
Y efectivamente el tiempo pasa muy rápido, pero el amor que siento por él, conforme pasa el tiempo, sólo va creciendo….
Hoy pasé a recogerlo a la guardería. Me recibió contento y con los brazos abiertos como siempre; esa es su personalidad.
A diferencia de la mayoría de las ocasiones, hoy no tomamos el camino a casa, hoy íbamos a vivir una aventura diferente, nos íbamos de compras. Y sería diferente porque seríamos él y yo.
Llegamos a la tienda y él estaba contento, lo digo porque lo veía en su carita sonriente y en sus grandes ojos expresivos. Si lo conocieras, te darías cuenta que aunque aún no habla, con sus ojos transmite mucho de lo que piensa. Y así fue, porque con la mirada tan sugerente me mostró que deseaba sentarse en el carrito del supermercado.
Lo senté y fue feliz, sonreía, balbuceaba de gusto, saludaba a todo aquel que se cruzaba por nuestro camino. Podía sentir su alegría. Anduvimos alrededor de media hora seleccionando los productos que deseaba comprar, mientras yo buscaba, le explicaba qué necesitabamos, el por qué y le preguntaba qué opinaba acerca de algún producto, esperando que me ayudara a decidir cúal era la mejor opción.
Después de media hora, noté que sus ojitos comenzaban a mostrarme que estaba cansado y deseaba llegar a casa. nos dirigimos a la caja a pagar, y tomamos el camino a casa. Fue un día de padre e hijo. ¡ Me encantó y lo disfruté!
¡ Definitivamente, deseamos más tardes de chicos !