Hoy de camino al trabajo, recibí una llamada telefónica. Al ver el contacto que estaba llamando al mi teléfono, decidí rápidamente responder.
Escuché lentamente y con atención lo que me comentaron, no atiné a decir alguna palabra, más que al final. Lo único que dije fue que en unos minutos me trasladaría a donde me requerían.
Regresé a casa, tomé lo necesario y me fui al lugar de dónde me habían llamado.
Seguramente ustedes ya lo habían pensado.
Me habían llamado de la guardería para decirme que dentro de la pañalera, no estaba la leche del bebé. ¡ increíblemente, se me olvidó poner el alimento del bebé ! ¡ Pobre criatura -pensé- !
Sí, acomodé todas las cosas -bueno casi todas- en la pañalera, pero olvidé poner la leche en la bolsa. Apenado llegué a la guardería y con una sonrisa nerviosa entregué el recipiente con la leche.
Definitivamente, espero que no sea el único padre al que se le haya olvidado algo tan primordial para el bebé.
¡ Definitivamente, siempre, y más tratándose de los hijos, hay una primera vez. !