Definitivamente, siempre es agradable leer historias tiernas y lindas de mi hijo; sin embargo, por ser un pequeño que está aprendiendo a vivir, está de más comentar que en más de alguna ocasión, la experiencia no será placentera.
En esta ocasión, me toca contar que una vez que llegó por la tarde, mi pequeño estaba renuente a realizar algunas actividades. Como en algunas otras ocasiones, le pedí que levantara del suelo, unos objetos que lanzó al suelo.
En otras ocasiones, sin ningún problema, hubiera levantado el objeto que le solicitaba, pero en esta ocasión fue diferente. Se hacía el desentendido, como si nada pasara, simplemente deseaba hacer caso omiso a lo que se le pedía.
Le insistimos, y como la mayoría de los niños, pensó que llorando, solucionaría todo, y con ello olvidaríamos lo que le pedíamos. Para no hacer muy largo el relato, lloró, lloró, lloró y lloró…
El llanto duró en total cincuenta minutos -por momentos cambiaba de estrategia para ver si olvidabamos la situación- pero por más que lo intentó no lo logró.
Nos mantuvimos trabajando en equipo hasta que finalmente decidió compartarse como un buen niño. Sabíamos que era importante para su educación y vida futura insistir en que hiciera lo correcto, para no tener un pequeño malcriado en casa y sobre todo, fincar las bases para tener un buen ser humano útil a la sociedad.
¡ Sin duda es el inicio de una aventura llena de situaciones diferentes, pero todo sea por educarlo de manera adecuda !