¡ Corre, corre!

Casi repentinamente, de una forma sorprendente, después de unos pocos días en los que estuvo dando sus primeros pasos, después de pocos días de haberse apoyado en sus padres para poder caminar con mayor facilidad…

Pues como se dice comúnmente, de la noche a la mañana, ya lo puedo ver caminar rápidamente por la casa, esquivando los obstáculos que hay a su paso.

No se diga, cuando lo llamo para sujetar correctamente su zapato -pues siempre me preocupa que se pueda caer-  prefiere retirarse con una sonrisa maravillosa y una carcajada bastante sonora.  Pero se va rápidamente corriendo para que no lo atrape.

Corre, corre con sus pasos de niño, corre, corre, y su paseo por la vida apenas ha empezado.